Con frecuencia solemos impresionarnos con las “extrañas” costumbres gastronómicas de algunas comunidades de África y Asía. Esas historias son cada vez más comunes en la TV por cable, y normalmente relacionamos el consumo de insectos u otras rarezas con culturas muy lejanas. Sin embargo, en Venezuela tenemos el Amazonas, una larga extensión territorial conformada por selva y tribus indígenas, dónde obviamente no hay cadenas de comida rápida y por tanto no se almuerza hamburguesas, ni la cena viene enlatada o congelada.
En nuestro Amazonas el indígena se alimenta de lo que la naturaleza le provee, por lo cual pueden comer algunos platillos exóticos para personas adaptadas a la cultura occidental como es nuestro caso. De lo anterior se desprende esta mochileada gourmet, que si no indicara dónde fue usted cómo lector seguramente se imaginaría que fue en China, Tailandia, o en una comunidad en medio de la selva Africana ¡Nada más lejano a la realidad! Pues esta experiencia tiene lugar en Caracas, en plena capital de nuestro país.
NELSÓN MENDEZ Y SU COMIDA AMAZÓNICA
En esta oportunidad me preparo para cenar fuera de un restaurante, el menú es llamativo y comprende: Gusano de Moriche, Bachaco, picante de Bachaco culón, Bachaco limonero, Bagre, culminando con el plato fuerte de la noche ¡Araña Mona! (tarántula como le llaman en otras latitudes).
Los mencionados platillos no son nada atractivo para una cita romántica y no considero que alguna de mis amigas desee comerlo. Es por ello que tuve que apelar a un pana que tuviese la vena aventurera marcada, de esos que no le huyen a lo desconocido, ni dejan pasa un plato tan exótico sin probar un bocado. Es así como mi amigo David y yo nos lanzamos a esta experiencia culinaria con comida amazónica.
Llegamos al punto de encuentro, ahí nos espera un conversatorio con el promotor de esta peculiar cena. Se trata del Chef Venezolano Nelson Méndez, quien tiene una amplia trayectoria en los fogones. Méndez cuenta con una formación en la cocina francesa, más sin embargo en los últimos años ha hecho un aporte al promover la cocina amazónica.
Nelson, a quien también se le conoce como “El Chamán de la cocina” nació en Puerto Ayacucho y es integrante de la etnia Baré, la cual es una de las 19 que se asientan en el estado Amazonas. El chef comienza por ilustrarnos: “Todos mis productos vienen de las comunidades indígenas”.
EL MENÚ:
Empezamos por analizar con nuestros sentidos los peculiares ingredientes. Probamos un bachaco, el cual en boca es grasoso y despliega una crema que puede recordar al maní. Los bachacos limoneros son recolectados de la planta de limón y adoptan el sabor de esa fruta cítrica. En cuanto al gusano de Moriche, realmente es de un olor peculiar, y el sabor es difícil de describir…
CENANDO ARAÑA MONA
Méndez nos presenta el plato más llamativo de esta cena, el cual se ha convertido en su plato ícono. Se trata de la tarántula, la cual viene ¡VIVA! Envuelta en una hoja de plátano, tal como los indios de la etnia Piaroa la guardan tras cazarla en la selva.
Realmente aún recuerdo la cara de conmoción de mi amigo David tras ser alertado que aquella araña a la cual le estaba metiendo el dedo, presumiéndola muerta, realmente es un animal venenoso que está vivo pero en estado de somnolencia.
El chef comienza a ejecutar el proceso que los indios Piaroas siguen para consumir la tarántula. Primero eliminan el veneno cortando toda la parte del estomago. Luego tras ser chuzada con una vara se pasa por fuego, ya que el pelo de la araña puede ser tóxico. Se limpia dejando la parte comestible, y en esta oportunidad Nelson fusiona este insecto con gastronomía convencional y hace una croqueta como si fuese de cangrejo pero es de Tarántula, la cual “Decoramos con la patica” explica entre risas Méndez.
TEQUEÑO DE GUSANO
El gusano de moriche puede que a simple vista repugne, pero Méndez lo “disfraza” haciéndolo suculento, envolviéndolo en una masa de tequeño y llevando a cocción en la Freidora.
PARA DEGUSTAR CON VINOS
Como si ya la experiencia no fuese exótica por sí sola, los comensales somos sorprendidos con la llegada de la sommelier Belkys Croquer, quien es la encargada de buscar vinos que armonicen con estas extrañas creaciones.
Se nos sirven vinos blancos chilenos de las viñas Montes y Santa Carolina, de cepas Chardonnay y Sauvignon Blanc para combinar con los bocados amazónicos. La armonía es por demás suculenta, logando buena fusión de sabores en boca.
Mi nota “Excéntrica” de la velada la imprimo cuando preguntan los aromas del Sauvignon Blanc, y yo acoto el descriptor de “Orine de Gato” más de una señora encopetada me echa una torcida de ojos, pero la sommelier me felicita por acertar el peculiar aroma.
PARA EL POSTRE
La bombonería KAKAO en Caracas comercializa bombones de bachaco limonero y otro relleno de picante de bachaco culón, ideales para un primer contacto con los sabores de nuestra selva.
Gabriel Balbás / @GabrielBalbas