A estas alturas la opinión de las directivas de AD, PJ y UNT es que la línea de violencia ha fracasado. Desde su punto de vista, la situación es clara y consideran que es el momento oportuno no solo de decirlo, sino de actuar para desplazar del centro de dirección a los factores radicales
Leopoldo Puchi
Han transcurrido dos meses y la estrategia de violencia de baja y mediana intensidad adelantada para sacar a Nicolás Maduro de Miraflores no ha dado sus frutos. Durante todo este tiempo, la oposición ha sido dirigida por los llamados sectores partidarios de “la salida”, expresados en las figuras emblemáticas de Leopoldo López y María Corina Machado.
El núcleo central de las organizaciones políticas que conforman la MUD, como PJ, AD y UNT, guardó silencio los últimos sesenta días o en pocas oportunidades emitió declaraciones. No compartían la política de obstrucción de vías, uso de armas de fuego, quema de vehículos y oficinas públicas. Pero no rechazaron abiertamente las acciones que el otro sector de la oposición estaba desplegando en las calles.
La explicación de esta conducta tal vez se encuentre en que una porción de los órganos de dirección de esos partidos simpatizaba con lo que estaba ocurriendo o que le vieron, durante un momento, posibilidades de éxito. También es razonable pensar que ese comportamiento estuvo marcado por el temor a ser señalados como “traidores” por la fracción más activa de la base opositora que representa, según encuestadora Ivad, el 33% del total de quienes se ubican en esa corriente. Unos dos millones de electores.
A estas alturas la opinión de las directivas de AD, PJ y UNT es que la línea de violencia ha fracasado. Desde su punto de vista, la situación es clara y consideran que es el momento oportuno no solo de decirlo, sino de actuar para desplazar del centro de dirección a los factores radicales. Esperan que la conducción de la oposición pase a sus manos, que valoran como más democráticas.
Esta división de las aguas ha facilitado que estas organizaciones se hayan incorporado el diálogo convocado. Durante la primera visita de los cancilleres de Unasur todavía PJ, AD y UNT tenían dudas. Pero con la segunda cita el panorama parece despejarse. Ya ha habido un primer encuentro en el que los representantes del Gobierno y de la oposición han expresado sus puntos de vista sobre la situación. De las conversaciones se concluirá, sin duda alguna, en una mayor presencia de esos partidos en el Consejo Nacional Electoral y el Tribunal Supremo, lo que despejaría el horizonte de las parlamentarias de 2015.
Además de lo relativo a los poderes públicos, otros puntos estarán en la agenda, entre ellos la libertad de los detenidos, la condena de la violencia de calle, el castigo de quienes realizaron actos de violencia de calle y ocasionaron muertes o daños materiales, los responsables de excesos policiales. También deben buscarse acuerdos en torno a la lucha contra la inseguridad y en relación a la manera de abordar los problemas económicos.
Sin embargo, como los partidarios de “la salida” no hacen parte de la mesa de diálogo Gobierno-MUD, se desconoce si ese sector continuará con la estrategia que ha seguido hasta al momento o si dará un viraje hacia un esquema de manifestaciones pacíficas y de reintegración al cronograma institucional electoral.