Aunque ya estamos en Agosto los venezolanos aún recordamos aquella tarde del 8 de Febrero, cuando con cara seria y sin perder las posturas el ministro Jorge Giordani confirmaba al país el rumor que desde días antes rodaba por las redes sociales; el bolívar fue devaluado pasando su pecio de 4.30 a 6,30, significando una devaluación de 46.5% de nuestra moneda. Pasado ya 6 meses el recuerdo de ese momento, en vez de desvanecer, se fortalece cada día ¿Cómo olvidarlo? Si la factura y los costos nos lo recuerdan incesantemente. Todo se ha encarecido, pero si en algún segmento es más notoria el alza de precios, es en el de los Vinos.
Seguramente en este punto muchos cuestionarán la banalidad de cuantificar la problemática de la comercialización de bebidas alcohólicas, más aún cuando se trata de algo tan “oligarca” como lo es el vino. Pero lo cierto es, que aún no siendo un producto de primera necesidad, los caldos pasaron de ser un producto indispensable en la buena mesa a ser un lujo reservado para ocasiones especiales y ciertas clases privilegiadas.
CASILLERO DEL DIABLO MARCA EL PRECIO DEL DÓLAR
Fue el respetado gastrónomo Miro Popic, uno de los primeros en alertar sobre lo que venía con los precios del vino. En aquel momento las afirmaciones de Popic podían parecer un poco exageradas y hasta fatalistas, pero lamentablemente el tiempo confirmó que tenía toda la razón. En su artículo del 24 de Febrero, publicado en su web www.Miopopic.com se afirmaba: “Amigos, despídanse del vino. Con las medidas económicas recientes, parece condenado a desaparecer. No hay divisas oficiales para su importación y la producción nacional, no alcanza para todos. La devaluación del 46,5% implica un alza similar en la tramitación aduanal que se verá reflejada en los precios. Si a esto le sumamos el costo del dólar no oficial para la compra internacional, estamos hablando de precios impagables. Sólo los muy pudientes y los corruptos podrán adquirir algunas botellas…”
Este pequeño pero contundente párrafo de Popic resume en su totalidad lo que ocurrió con la comercialización del vino en Venezuela tras la devaluación de Febrero 2013. Pero para ser más gráfico, el especialista introdujo el medidor “Dólar Casillero del diablo” colocando al conocido vino chileno como indicador de precios entre el segmento de vinos estándar de calidad. Al momento de escribir la nota se indica que una botella de Casillero del diablo costaba 149.50 Bsf… Bien reza el refrán “Más sabe el Diablo por viejo que por Diablo” y Popic no se equivocó, al momento de redactar esta columna la botella de Casillero del diablo cuesta 369.50 Bsf. Es decir, aumentó su precio 220 Bsf en tan solo 8 meses, un incremento de casi el 250%
EL VINO EN ÉPOCA DE MADURO
Casillero del Diablo no es el único vino que incrementó drástica, y hasta exageradamente, su valor. Lo mismo ocurrió con todos los caldos que se comercializan a nivel nacional, exceptuando a los vinos POMAR producidos en el país.
Los vinos del segmento “Económico” desaparecieron, pues ya no hay vino barato. Quizás pudiésemos hablar de una nueva división entre los vinos “comprables” y los que ahora tienen precios impagables. Ya no se puede argumentar aquello de “Calidad/precio” porque todos están por las nubes, sin importar la calidad.
TOMAR VINO EN UN RESTAURANTE YA ES UN LUJO
Basta con hacer un recorrido por los principales restaurantes de Caracas para saber que la oferta de vinos llamados “De la casa” es monótona. Paseándose por las mismas 3 marcas, que incluyen par de chilenos y algún caldo argentino, vinos que el año pasado no superaban los 70 Bsf (En supermercados) y ahora no bajan de 350 bsf, sin contar con el porcentaje cobrado por descorche o el servicio en el restaurante.
LOS VINOS NO ESCAPAN DE LA ESCASEZ
Como si la devaluación ya no fuese suficiente problema, el sector de bebidas alcohólicas importadas también es golpeado por la escasez. En estos momentos no se compra el vino que se quiere, sino el que se consigue. Factores como: Problemas para la obtención de divisas, Retardos en los puertos y hasta trabas de entes gubernamentales, pueden hacer que algunos vinos pasen meses fuera de los anaqueles.
Claro ejemplo fue la escasez de vinos sufrida en el mes de abril causado por el retraso del SENIAT en la entrega de las “bandas de garantía” requisito indispensable para comercializar un licor en territorio nacional. Dicha situación aumentó los costos de los caldos, ya que el importador tiene que pagar gastos de almacenamiento en Puertos por cada día que permanece la mercancía sin poder salir.
Frente al problema de Escasez, en entrevista al Diario el Universal en el mes de Abril, Carlos Salazar, presidente de la Asociación de Licoreros de Caracas sentenció “No podemos traer mercancía si no hay dólares», colocando la falta de divisas como principal problema del sector.
NO HAY TEMOR A DIOS, NI EL VINO PARA CONSAGRAR SE SALVA
El vino es un elemento indispensable en el momento de la eucaristía para la religión católica, y aunque a veces pasa desapercibido, el caldo de consagrar tampoco escapa de a crisis del sector. En Venezuela el también llamado “Vino para misa” es elaborado por la nacional empresa POMAR, y se comercializa bajo el nombre “ECCLESIA”. Se trata de un caldo elaborado con cepas dulces, lo cual le atribuye mayor alcohol, que permite que el vino se conserve para más tiempo.
En el mes de mayo “ECCLESIA” comenzó a escasear, situación que obligó a que la iglesia tuviese que comprar el vino para consagrar a países como Colombia, Chile y Argentina, aumentando sus costos por la conversión del dólar.
SUSTITUIR POR LO NACIONAL
Ante el panorama nada alentador que vive el mercado del vino, en Venezuela nos hemos visto obligados a mirar hacia lo nacional. Mientras el consumo de vino baja, el de rones nacionales y cerveza parece captar al grueso de los consumidores. Sin embargo, aún en algunos bodegones hay botellas que quedarán para los más privilegiados, que puedan pagar hasta 19mil Basf por un Champagne excepcional.